Blogia
OTRA MIRADA

NO ME ASUSTA EL ESTATUT

En el Instituto que estudia los terremotos han tardado en localizar a la persona que podía atenderme. Me han paseado por varios departamentos y como soy aprensivo y pesimista he pensado que no se atrevían a decirme la verdad. Finalmente, me han asegurado que no hacen previsiones como las del hombre del tiempo, pero que prevén que van a pasar varios siglos antes de que la España geológica se parta.

La noticia de que la península no se rompe me ha relajado enormemente. Así que me he sentado a tomar un café y leer el periódico. Pero el Estatut parecía perseguirme y me lo he encontrado en la portada y en varias páginas interiores.

En ese momento me he dado cuenta de que me había asustado antes de pensar realmente en lo que estaba sucediendo o podría suceder. Y he decidido informarme y reflexionar, para tener un criterio propio.

La verdad es que la democracia siempre me ha parecido una especie de organismo vivo. Y una parte muy importante del organismo democrático son los músculos. Los músculos democráticos revisten las instituciones y ciertos acontecimientos y permiten que la democracia camine hacia delante. Por eso, que se debata el Estatut catalán en el Parlamento español es una buena forma de mejorar la democracia.

A mí personalmente, después de conocer el estado geológico de la península, no me asusta que esto que hoy se llama España cambie de nombre o incluso se convierta en algo diferente. Estados Unidos es un Estado federal, compuesto de estados. Las legislaciones son distintas, aunque compartan una misma Constitución. En unos Estados no pueden abrirse casinos y en otros sí. En unos consideran que las patatas fritas son un alimento de primera necesidad y en otros no. La diferencia de sus legislaciones no impide que el país funcione y que tenga sus instituciones. Y George Bush, un eminente patriota, no piensa en que su país se esté desmembrando.

Entonces, me cuesta entender por qué hay tantas reacciones contra ese debate o contra la posibilidad de que nos convirtamos en un Estado federal. Ah, por cierto, el informe de la FAES, la Fundación que preside José María Aznar, asegura que el problema del Estatut es más psiquiátrico que político. Lo que no deja claro es para quién.

Publicado el 2 de noviembre de 2005

0 comentarios