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OTRA MIRADA

DE BANDERAS Y MITOS

DE BANDERAS Y MITOS
Recientemente Manuel Fraga ha hecho unas declaraciones asegurando que no debíamos “repensar los valores esenciales de España”. Cuando oigo ese tipo de declaraciones trato de imaginarme a España como una sustancia química que tiene una fórmula estática, inalterable, pero no lo consigo.
La derecha posfranquista que representa Manuel Fraga habla a menudo de “la esencia de España”, como si hubiera algo de nuestra sociedad que fuera inmaculado. Según la definición de la Real Academia , la esencia es “aquello que constituye la naturaleza de las cosas, lo permanente e invariable de ellas”.
En una sociedad pocas son las cosas que permanecen invariables. Las declaraciones de Fraga representan perfectamente una actitud permanente en el Partido Popular, que consiste en el manejo de mitos en su cultura política. Si Cataluña aprueba un nuevo estatuto, que significa que tenga más competencias, el PP, en vez de decir que les parecen demasiadas, prefiere hacer uso de una simplificación y decir que se está rompiendo España. Si el Gobierno inicia un proceso para elaborar una ley de memoria histórica, los populares, en vez de decir si les parece que hay que reparar o no a las víctimas del franquismo, le acusan de estar rompiendo el espíritu de la Transición , como si la política fuera cosa de los espíritus.
Ahora parece que el Partido Popular está buscando una nueva cruzada de lo inalterable para movilizar a sus bases y simpatizantes, en la larga recta final hacia las elecciones generales. Después de haber convocado en medio año más manifestaciones que en toda su historia, los cerebros pensantes de la derecha, capitaneados hasta ahora por Mariano Rajoy, están buscando un nuevo ariete con el que arremeter los muros electorales que les separan del poder.
La campaña “Gobierno de España”, lanzada por los expertos de marketing del Palacio de la Moncloa para contrarrestar el daño electoral que puedan haber provocado los estatutos, ha despertado los celos de una derecha que ahora tiene el deseo de demostrar que su amor por España es infinito y que nadie la quiere más que ellos. Como respuesta, los populares inician una campaña en defensa de la bandera española.
Ahora va a resultar que el principal problema de los españoles es que en los balcones de algunos ayuntamientos no hondee la señera española. Y para ello se han parapetado detrás de la ley. Espero que su defensa de la Constitución se extienda más allá de la defensa de los deberes y algún día comiencen a trabajar en la defensa de los derechos. Les regalo un par de ideas: que exijan el cumplimiento de artículos como el 47, que dice que todos los ciudadanos tienen derecho a una vivienda digna y adecuada; o el 35, que afirma que todos los españoles tienen derecho al trabajo.
Es posible que todo el ruido mediático y callejero que produjo el PP durante el periodo de negociación con ETA tuviera el objetivo de ensordecer lo que ocurría en el juicio del 11M. Ahora se acerca la sentencia y alguno puede tener la tentación de correr un velo sobre ella con forma de bandera. Todo se andará.
Publicado el 12 de septiembre de 2007

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