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OTRA MIRADA

LUZ Y TAQUÍGRAFOS

Es una fotografía que he visto en muchas portadas de periódicos. Un político fuerza una sonrisa hasta poner en riesgo su esternocleidomastoideo. Está sentado junto a una gran mesa y rodeado de fotógrafos y operadores de cámara de televisión. Su sonrisa parece sacada de un estudio de diseño gráfico. Frente a él un notario sujeta con sus manos un documento y sonríe de una forma mucho más natural que el candidato.

 

En un momento el candidato firma el documento y su rostro resplandece, conocedor de que está protagonizando una imagen que yo y otros muchos miles de personas contemplarán en los m edi os de información. Artur Mas firma ante notario una promesa que hace a sus electores; que tras las elecciones catal ana s no pactará con el Partido Popular. Estratégicamente es una buena jugada para él y una puñalada para Josep Piqué. Mas se ofrece ante el electorado catalán de derechas como única posibilidad de un gobierno conservador y hace un llamamiento a los votantes del PP para que frenen al tripartito votándole a él. También habrá electores con una fuerte identidad nacionalista que duden entre el voto a CiU o el voto a ERC y una convergencia sin componente español le acabe siendo más atractiva.

 

Conociendo esa imagen me podría preguntar dónde han llegado los políticos que para tener cr edi bilidad necesitan un notario, porque los electores ya no creen en ellos. Pero no es así. Artur Mas ha conseguido con ese acto público que los m edi os de comunicación le entreguen ese mensaje a los electores conservadores que no quieren que se repita el tripartito y están dispuestos a “catalanizar” su voto popular o a derechizar su voto a esquerra.

 

El acuerdo notarial presentado por Artur Mas es sólo una cáscara, una estrategia personal que nada dice del contenido político que tendría un gobierno presidido por él. No dice nada de los 23 años de gobierno de Pujol en los que Cataluña se convirtió en una de las Comunidades Autónomas con menos gasto educativo. No dice nada de lo que hará con problemas como la inmigración o con la sanidad pública.

 

La profesionalización de la política y el marketing electoral han hecho que las formas sean más importantes que los contenidos. Artur Mas puede cumplir su acuerdo de no pactar con el PP, pero eso no dice nada de lo que ocurrirá con sus m edi das políticas. Sin embargo habrá gente que por esa forma decida darle su voto.

 

Lo que estaría muy bien por parte de Mas sería que si alcanza la presidencia de la Generalitat aplicara la misma transparencia con la que ha firmado el acuerdo notarial en su política diaria. Hace unos meses saltó el escándalo del 3%, las supuestas comisiones por obras públicas que CiU recibió durante años. Lo que parecía un escándalo de grandes dimensiones fue camuflado por una cortina de humo a la que contribuyeron todos los partidos con representación en el Parlamento catalán. Sería bueno que ese notario que ha trabajado en el inicio de la campaña lo hiciera todos los días, vistiendo de transparencia lo que en los últimos tiempos navega en la oscuridad. Luz y taquígrafos para una política sin sonrisas de diseño.

 

Publicado el 18 de octubre

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