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OTRA MIRADA

¿UN MUNDO FELIZ?

¿UN MUNDO FELIZ? El psicólogo social británico, Adrian White, de la Universidad de Leicester, ha presentado un estudio planetario sobre los índices de satisfacción de los ciudadanos de 178 países. Se trata de saber lo contentos que estamos los habitantes de este planeta, si es que queremos verlo por el lado positivo, porque su estudio también mide el grado de infelicidad que producimos los seres humanos que habitamos la Tierra.Del estudio se pueden extraer tres conclusiones fundamentales. Como todos somos consumidores de felicidad e infelicidad es posible que parezcan evidentes. La primera de ellas es que el dinero es uno de los indicadores que influyen en el grado de la alegría humana. No es determinante a partir de un cierto nivel, en el que está garantizada una buena capacidad de consumo. Dinamarca es, según el estudio, el país en el que la gente está más satisfecha. Se trata curiosamente de un lugar donde se pagan muchos impuestos y la gente tiene muchos servicios sociales. Y es que el siguiente factor que parece determinante en la felicidad humana es la salud y para eso nada mejor que una buena cobertura médica pública, como la danesa. El siguiente punto importante, en tiempos de paz, es la educación que es la formación que la sociedad da a los individuos para que se desarrollen, interpreten el mundo en el que viven y se relacionen con los demás. Esa es otra cuestión que tiene que ver con las aportaciones que los ciudadanos hacen al Estado y que demuestra lo importantes que son las medidas políticas para la felicidad social. Cuando un país tiene el nivel de satisfacción de Dinamarca se siente generoso y tiene ganas de ayudar a los demás. Desde hace años el gobierno danés dedica el 1% del Producto Interior Bruto al desarrollo del tercer mundo, mientras en países como el nuestro los distintos gobiernos llevan años prometiendo un 0,7% que no acaba de llegar.Pero hay más cosas curiosas en la sociedad danesa que pueden darnos pistas del camino hacia la felicidad. Por ejemplo, el hecho de que el 75% de los trabajadores daneses pertenecen a un sindicato, lo que ha desarrollado cualitativamente la relación entre los empresarios y los trabajadores. Un ejemplo, no existe como en otros países un Salario Mínimo determinado por el Estado, porque no hay empresarios con la mentalidad de exprimir al trabajador para aumentar el beneficio. Son cosas que evidentemente ayudan a que la población se sienta satisfecha y entienda que eso genera calidad de vida.En esa geografía de la felicidad, la parte de la península ibérica que habitamos ocupa el puesto 46. Estamos muy contentos del sol y el mito de trabajar para vivir y no vivir para trabajar. Pero necesitamos un poco de humildad para aprender a construir una sociedad que escale puestos en ese índice. Para eso debemos mejorar nuestra enseñanza pública, que es la que genera cohesión social y cambiar nuestra mentalidad. Somos el país con uno de los sueldos mínimos más bajos de la UE, donde se trabajan más horas y los empresarios tienen el mayor índice de beneficios, donde la inversión en sanidad es de las más bajas. Y todo eso es así porque está escrito en nuestro cerebro y que nosotros podríamos cambiar. Otra cosa es porqué no lo hacemos.

 

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