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OTRA MIRADA

¿NUCLEARES? NO, GRACIAS

Esperando el comienzo de un tel edi ario me quedé adormecido sillón, aletargado por unas g ana s incontrolables de fabricar una siesta. Soñé que el cambio climático y toda la alerta actual acerca del calentamiento del planeta era sólo una estrategia de marketing de las compañías eléctricas. Que por eso coincidía toda la información acerca del futuro de la naturaleza con las opas y multiopas que están moviendo miles de millones de euros en el sector energético. Soñaba que todo el miedo que estaban despertando con el fin del mundo y la trag edi a ecológica que nos viene encima era principalmente el argumento para convencernos de que es preciso abrir unas decenas de centrales nucleares y entonces entendía por qué hay tanta pelea en las compañías por comprarse unas a otras. Menudo negocio les esperaba.
De aquel sueño de primera hora de la tarde me desperté con la televisión encendida. Entonces, en un informativo, oí que Irán lanzaba su proyecto para el tratamiento de uranio de forma masiva. Decía un titular escrito en la pantalla que Irán aumentaba su amenaza. ¿Qué amenaza?, me pregunté yo.
Estaba en ese momento en que todavía no había aterrizado del todo en la realidad y traté de sentirme amenazado por Irán, pero no lo conseguí. No quería darle muchas vueltas al tema y entonces zanjé el asunto deduciendo que quizás yo estaba incapacitado para sentirme amenazado por Irán. Por alguna razón que desconozco me imaginaba a un ayatolá con una bomba atómica en la mano y no me asustaba. No me pareció especialmente preocupante pero entonces comencé a jugar.
Repasé en mi cabeza algunos presidentes de gobierno extranjeros. Me imaginé a Ángela Merkel, la canciller aleman a, con una bomba atómica en la mano y no me asusté. Luego me imaginé a Jacques Chirac y tampoco tuve miedo. Imaginé a Putin y el pánico se apoderó de mí. Lo mismo me pasó con Tony Blair, pero fue mucho peor los de George Bush. La imagen de ellos dos con sendas bombas atómicas me hizo levantarme de un salto y mirar en todos los rincones de mi casa.
Vi detenidamente la noticia y reflexioné. Irán es uno de los mayores productores de petróleo de nuestro cansado y caliente planeta. El día en que el oro negro empiece a escasear no se sabe lo que ocurrirá. Sin que haya hecho falta que llegue ese momento, el gobierno de George Bush ya ha invadido un país en el que está controlando las decenas de miles de barriles que se producen diariamente. Mientras, en la prensa internacional, sólo se habla de los muertos en atentados en Irak que están tejiendo una gran cortina de humo para ocultar los beneficios económicos de la invasión.
Personalmente estoy contra la existencia de las bombas nucleares; mejor sería que no existieran. Pero dentro de las reglas dominantes del mundo en que vivimos entiendo que Irán quiera tener un armamento con potencia suficiente para defender el principal motor de su economía. Lo mismo que otros países la tienen. Eso me hace pensar que si George Bush dice que la energía nuclear iraní es una amenaza lo que realmente no quiere es que un país con tanto petróleo tenga capacidad para defenderse de una posible invasión.
Publicado el 11 de abril de 2007

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